Tras el fenómeno de Matrix, muchos pensaban que las Wachowski dedicarían toda su carrera a repetir el mismo estilo de cine de acción y ciencia ficción filosófica. Pero en 2008 sorprendieron al mundo con Speed Racer, una adaptación en carne y hueso del clásico anime Meteoro. El resultado fue una película radicalmente distinta a lo esperado: colorida, excesiva y visualmente saturada, que en su momento desconcertó a crítica y público. Un momento… esperado para los fans de las Wachoski, pero para los fans de meteoro… esta peli es un disfrute.
Hoy, con su llegada a Netflix tras años ausente de plataformas, merece una segunda mirada. Y es que, más allá de su abuso del CGI de la época, Speed Racer tiene un estilo único que no se parece a ninguna otra película de carreras. ¿Es perfecta? No. ¿Es entretenida? Sí, y mucho, sobre todo si entras en su propuesta.
Lo bueno:
Fidelidad al anime original: personajes, colores, ritmo… todo respira el espíritu de Meteoro.
Estilo visual único: un despliegue de CGI, colores saturados y coreografías imposibles que crean una identidad propia.
Carreras espectaculares: pura adrenalina y creatividad visual, con escenas que parecen sacadas de un videojuego de última generación (para 2008).
Entretenimiento directo: es una cinta que, sin complicaciones, cumple con ser divertida y transportarte al universo de la serie.
Lo malo:
La película arranca fuerte, con una estética que desde el primer minuto deja claro que no busca realismo, sino un espectáculo sensorial. La introducción de la película es simplemente espectacular, y te mete de lleno en lo que estamos a punto de ver durante las siguientes 2 horas. El ritmo es vertiginoso en las carreras, pero se frena demasiado en las partes de drama familiar, donde el guion se vuelve repetitivo. Lo que mantiene el interés es esa sensación de estar viendo un caleidoscopio digital, lleno de energía y referencias al anime original.
Es una película palomitera, para desconectar el celebro y entretenerse de lo lindo durante 2 horas, y si olvidas el CGI de 2008 en algunos momentos, no te vas a arrepentir del resultado, y si eres fan de Meteoro… en serio, tienes que ver esta película.
A los nostálgicos de Meteoro, a quienes disfrutan de cine visualmente arriesgado y a los que buscan un espectáculo desenfadado, colorido y distinto a todo lo que se hace en el género de carreras.