Crítica de Robot Salvaje

Duración

1h 42m

Calificación

9/10

¿Es buena Robot Salvaje?

En los últimos años, DreamWorks ha demostrado una gran habilidad para innovar y sorprender con historias originales que van más allá de las clásicas películas de animación. Desde la atrevida y espectacular dirección artística de «El Gato con Botas: El Último Deseo» hasta la emotividad de «Cómo Entrenar a tu Dragón», el estudio ha encontrado una fórmula que combina historias emocionantes con tramas profundas que conectan tanto con niños como con adultos.

En este contexto de atrevimiento visual y narrativo, ha llegado Robot Salvaje. En nuestra opinión, el culmen de todo el trabajo que lleva haciendo la compañía los últimos años, una película que sube el listón en términos de calidad artística y emotiva.

Una obra maestra visual y emotiva

Robot Salvaje nos presenta a Roz, un robot que, tras naufragar en una isla desierta, se enfrenta al desafío de sobrevivir en un entorno hostil y desconocido.

Aunque la historia pueda parecer simple, la película brilla al transformar esta narrativa en una emotiva reflexión sobre la vida, la naturaleza y la maternidad. La conexión de Roz con el que será su hijo adoptivo Picobrillo, crea una dinámica que va más allá de la típica relación humano-animal (en este caso Robot-animal) . A lo largo del film, vemos cómo Roz, inicialmente programada para ser funcional, se convierte en una madre adoptiva para Picobrillo, enfrentándose a los retos de proteger y criar a su «hijo» para que este pueda sobrevivir en un mundo demasiado hostil para él. Este desarrollo logra tocar el corazón del espectador sin caer en demasiados clichés, y genera momentos de auténtica emoción.

Una banda sonora y una animación a la altura de las mejores de su género

Uno de los puntos más destacados de la película es, sin duda, su banda sonora. La música está compuesta con una sensibilidad que acompaña cada momento emocional de la película, te envuelve de principio a fin. Al analizarla en profundidad, nos damos cuenta de que hay algo casi poético en cómo la música refuerza los momentos más íntimos entre Roz y Picobrillo, logrando que incluso una simple caminata por el bosque se convierta en una experiencia trascendental.

La animación no se queda atrás, «Robot Salvaje» es un verdadero deleite visual que, si bien no alcanza el frenetismo de «El Gato con Botas: El Último Deseo», si que destaca en tener su propio estilo donde la belleza de la animación es increíble.

El bosque donde Roz se encuentra atrapado cobra vida con una paleta de colores vibrante y una atención al detalle asombrosa. La flora y fauna de la isla no solo son visualmente impresionantes, sino que también juegan un papel clave en la trama, mostrando la crudeza del mundo en el que debe sobrevivir Roz, sobre todo en el primer tramo de la película. Esta representación tan realista del entorno subraya lo peligrosa y cruda que puede ser la naturaleza, algo que le da un extra a la película que la diferencia de las demás.

DreamWorks

Un equilibrio casi perfecto entre el humor y la emotividad

Otro de los innumerables aciertos de Robot Salvaje es su humor, sobretodo en la primera parte de la película. Las interacciones entre Roz y los animales de la isla están llenas de momentos divertidos, en especial cuando entran en escena personajes como el zorro Bribón, que añade una pizca de travesura al relato.

Sin embargo, el humor nunca eclipsa la emotividad de la historia; más bien, ambos elementos se complementan para crear una película que, sin ser abrumadora, logra conmover profundamente. Hay escenas realmente desgarradoras, especialmente cuando Roz debe enfrentarse a la inevitable emancipación de Picobrillo.

A pesar de sus muchos puntos fuertes, Robot Salvaje no es una película perfecta. El tramo final puede sentirse algo flojo en comparación con la intensidad emocional del resto del film, con algunos momentos que parecen alargarse innecesariamente.

Sin embargo, este pequeño bache se justifica por el final profundamente emotivo y satisfactorio, que, sin entrar en spoilers, deja al espectador con una sonrisa y quizás alguna lágrima en los ojos.

Recomendaría Robot Salvaje a

Robot Salvaje es una película que le puede encantar a todo el mundo. Aunque está claramente dirigida a un público familiar, los adultos encontrarán en ella reflexiones profundas sobre la vida, la maternidad y el sentido de pertenencia, incluso disfrutaran de los momentos de humor, ya que no son chistes absurdos.

Los más pequeños disfrutarán de los momentos divertidos y la acción, pero los adultos apreciarán la belleza de su animación y la sutileza con la que se abordan temas más maduros.

Si tienes la oportunidad de verla en el cine, no lo dudes. Es una experiencia visual y emocional que vale la pena disfrutar en pantalla grande.

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