Respuesta breve: Sí, es brutal.
Danny Boyle y Alex Garland vuelven a cambiar las reglas del juego con una secuela que no solo respeta el legado de 28 Días Después, sino que lo expande con una ambición técnica, visual y narrativa pocas veces vista en el cine de género.
En 2002, cuando el cine de zombies empezaba a mostrar signos de agotamiento, llegó 28 Días Después y nos recordó cómo debía sentirse el miedo. La clave: infectados que corrían. No eran muertos vivientes, sino humanos rabiosos, veloces, impredecibles. Boyle y Garland rechazaban la etiqueta de “zombies” y, con razón, instauraron un nuevo lenguaje visual y emocional para el terror. La película fue un antes y un después a nivel cultural, técnico y estético.
Y ahora, con 28 Años Después, se atreven a llevar esa idea un paso más allá.
23 años nos separan de aquel Cillian Murphy deambulando en soledad por un Londres silencioso y devastado. Y aunque la imagen haya envejecido, el trauma sigue intacto.
En junio de 2025, Garland y Boyle se reúnen para continuar su historia con 28 Años Después, posiblemente la película más esperada del verano. La historia mantiene la esencia de la original, pero apuesta por una narrativa más ambiciosa, una puesta en escena apabullante y una reflexión más compleja sobre la evolución de los infectados… y de los humanos.
No decepciona. Presenta escenas brutalmente gráficas, una fotografía que roza lo pictórico, símbolos inquietantes y personajes enfrentados a dilemas morales extremos.
Se nota que ha sido una producción intensa. Boyle vuelve a demostrar su dominio de la cámara, ahora con un estilo más perfeccionista, sin perder la energía punk que caracterizó la primera entrega. Garland, por su parte, arriesga en el guion con decisiones valientes, impredecibles y cargadas de simbolismo.
El resultado: un primer acto sobresaliente, un segundo acto algo más discutible a nivel de guion e ideas y un cierre que sorprende y deja huella.
Pero lo que podemos dejar claro, es que el «malrollismo» está presente en toda la película. Y eso es de agradecer.
Entre lo más destacado, brillan las actuaciones:
No todo es perfecto: algunas decisiones narrativas no terminan de encajar, y ciertos elementos parecen pensados más para futuras secuelas que para esta película en sí. Pero incluso en sus dudas, 28 Años Después mantiene el interés y la tensión.
La primera película era minimalista en su forma pero inmensa en impacto. Una historia sobre la descomposición del ser humano en contextos extremos. Su influencia es innegable: Guerra Mundial Z, The Last of Us, Soy Leyenda… todas beben de la furia que Boyle y Garland desataron en 2002.
Esta nueva entrega no solo conserva esa esencia, sino que construye sobre ella. El universo está más detallado, más vivo, más podrido. Y lo mejor: no es el final. Si quieres saber más sobre lo que nos depara el universo, puedes leer algunas teorías aquí.
28 Años Después: El Templo de Huesos ya está grabada y se estrenará, si todo sigue su curso, en enero de 2026. Será la segunda parte de una trilogía que, si funciona, cerrará con una tercera entrega que promete llevar esta historia al límite.
Pero por suerte, esto no ha limitado a la producción, y aunque continuaremos con la historia de muchos de los personajes, la historia que nos cuenta la película es autoconclusiva, otro punto a favor
28 Días Después – La película que reinventó el cine de infectados.
El Amanecer de los Muertos (Zack Snyder, 2004) – Una reinterpretación brutal del clásico de Romero, con zombies que también corren y una estética muy bien cuidada.
The Last of Us (serie, 2023) – Un viaje emocional y aterrador a un mundo roto por una infección. Sobretodo te gustará la primera temporada, la segunda pierde un poco como puedes leer aquí.
elrincondelespectador.com © 2025 Todos los derechos reservados