El pasado Festival de Cine de Málaga pudimos visualizar varias propuestas que entraban dentro del concurso oficial y entre ellas se encontraba el que es el próximo largometraje de Gracia Querejeta: La Buena Suerte. A nosotros no nos ha terminado de convencer y a continuación os comentamos por qué.
Pablo decide bajarse del tren en la estación de un pueblo de mala muerte, comprarse un viejo y destartalado piso frente a las vías y comenzar a vivir como si no fuera el reconocido arquitecto que en realidad es. Tal vez esté huyendo de alguien, o de algo, o incluso de sí mismo. En el pueblo todo parece estancado menos Raluca, una mujer optimista abierta a las sorpresas que pueden cambiarte la vida para bien. Ella decidió confiar en su suerte, aunque la vida no siempre le presente su mejor cara.
El libro homónimo en el que se basa esta película, escrito por Rosa Montero, plantea una obra llena de misterio y existencialismo, que apenas podemos vislumbrar en su adaptación a la gran pantalla.
La narrativa se muestra inconsistente en un guion que quiere ser muchas cosas y termina en nada, todo esto empacado dentro de una dirección simple y al uso.
El ritmo es inconsistente en las tramas, aparentando ser tres películas en una y resultando en un batiburrillo de secuencias que no se sienten que terminen de encajar. A ratos pretende ser una comedia romántica, a ratos un drama existencialista paterno-filial y a ratos un thriller policíaco.
Pese a contar con un pequeño reparto bastante notable, la actuación principal de Hugo Silva es fría y tediosa, no terminamos de empatizar con su personaje atormentado y alienado de la realidad que sufre. Hay momentos donde el drama se torna en ridiculez de manera involuntaria, como en una discusión del protagonista con su hijo que llega a las manos. La trama que tiene que ver con el hijo del protagonista, a pesar de ser el desencadenante central del drama, queda en una ausencia narrativa y que no nos puede importar menos.
Además hay elección extraña de recursos en montaje, como es el caso del uso repentino de desvanecimientos a blanco para hacer de transición entre escenas importantes. Estos recursos, en lugar de acompañar a la historia y pretender dar profundidad en la trama, resulta hasta molesto para la vista.
No todo es negativo en la película; en La Buena Suerte hay momentos que se siente esa tranquilidad humilde que respira el pueblo, la vida de sus gentes y el paisaje que se ve varias veces enmarcado en esos encuadres dentro del piso de Pablo, ayudan a encapsular esa desconexión y lucha contra la ansiedad que sufre Pablo.
Dentro de la historia, la relación que se desenvuelve con Raluca se aborda de manera simpática y es aplaudible el trabajo de la actriz coprotagonista, Megan Montaner. Hay actores dentro del reparto, como Miguel Rellán o Chani Martín que aportan carácter a una cinta que difícilmente aguanta un segundo visionado.
En resumen, La Buena suerte nos ha parecido un intento fallido en contar una historia de drama, amor y resiliencia. Una historia que busca descubrirse en pequeños matices, pero termina en un batiburrillo narrativo que no tiene mucho que ofrecer.
Si eres un espectador pasivo, que quieres tener algo de fondo o si te gustan las melodramas de sobremesa, como las películas de fin de semana por la tarde, esta es tu película.
elrincondelespectador.com © 2025 Todos los derechos reservados